El género narrativo. Es una expresión literaria que se realiza en
prosa (aunque se destaca que algunas obras literarias narrativas, como
las epopeyas o los poemas épicos, pueden estar realizados en versos).
En
este género se relata una historia, que bien puede ser real o ficticia,
(aunque por lo común son ficticias, exceptuando en las ocasiones en que
se narran hechos reales dentro de una novela histórica o en narraciones
históricas propiamente dichas), describiendo los acontecimientos que se
suceden y dando descripciones de los personajes y lugares en donde se
desarrolla lo narrado.
El género narrativo abarca géneros literarios
como la novela, el cuento, la fábula, las leyendas, los mitos, las
epopeyas, las parábolas, las laudatorias, las etopeyas y las caricaturas
literarias, en donde se narran diversos acontecimientos y se dan
descripciones por parte de una voz narrativa (el narrador), dentro de la
obra literaria, siendo común la pormenorización de las circunstancias,
lugares, hechos y acciones, que conciernen a la historia o trama, para
que queden de una forma más clara y detallada, a la hora de ser leídos o
escuchados, ayudando al receptor (oyente o lector), a imaginar la obra.
ejemplos de género narrativo.
1. La Novela.- La
novela es un género que se vale de la narración y de otros recursos
literarios como los diálogos y otros recursos, con los que se expresa el
autor, la narración es una de las piezas fundamentales de la novela,
como se puede apreciar a continuación:
… El jefe de la
cofradía desdobló el papel, lo leyó y levantó la mano. -El Señor sea
bendecido y Su Santidad sea loada -dijo en alta e inteligible voz-; hay
perdón de la vida para uno de los reos. -¡Perdón! -exclamó el pueblo a
un solo grito-. ¿Hay perdón? Al oír la palabra de perdón, Andrés pareció
saltar y levantar la cabeza. -Perdón, ¿para quién? -gritó. Pepino
permaneció inmóvil, mudo y jadeante. -Hay perdón de pena de muerte para
Pepino, llamado Rocca Priori -dijo el jefe de la cofradía, y pasó el
papel al capitán que mandaba los carabineros, el cual, después de
haberlo leído, se lo devolvió. -¡Perdón para Pepino! -exclamó Andrés,
saliendo del sopor en que parecía estar sumido.- ¿Por qué perdón para él
y no para mí? Debíamos morir juntos, me habían prometido que moriría
antes que yo, no tienen derecho a hacerme morir solo, ¡no quiero morir
solo, no quiero! Y diciendo esto se agarró a los brazos de los dos
sacerdotes, retorciéndose, dando alaridos, rugiendo y haciendo esfuerzos
insensatos para romper las cuerdas que le ligaban las manos. El verdugo
hizo señal a sus dos ayudantes, que bajaron del cadalso y se apoderaron
del reo. -¿Qué ha ocurrido? –preguntó Franz, pues como todo esto se
decía en lengua italiana, no había comprendido muy bien. -¿No lo
adivináis? –Dijo el conde-. Ha ocurrido que esa criatura humana que va a
morir está furiosa porque su semejante no muere con ella, y que si la
dejasen le desgarraría con sus uñas y con sus dientes más bien que
dejarle gozar de la vida de que ella misma se va a ver privada…
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