lunes, 28 de marzo de 2016

El género narrativo

El género narrativo. Es una expresión literaria que se realiza en prosa (aunque se destaca que algunas obras literarias narrativas, como las epopeyas o los poemas épicos, pueden estar realizados en versos).

En este género se relata una historia, que bien puede ser real o ficticia, (aunque por lo común son ficticias, exceptuando en las ocasiones en que se narran hechos reales dentro de una novela histórica o en narraciones históricas propiamente dichas), describiendo los acontecimientos que se suceden y dando descripciones de los personajes y lugares en donde se desarrolla lo narrado.
El género narrativo abarca géneros literarios como la novela, el cuento, la fábula, las leyendas, los mitos, las epopeyas, las parábolas, las laudatorias, las etopeyas y las caricaturas literarias, en donde se narran diversos acontecimientos y se dan descripciones por parte de una voz narrativa (el narrador), dentro de la obra literaria, siendo común la pormenorización de las circunstancias, lugares, hechos y acciones, que conciernen a la historia o trama, para que queden de una forma más clara y detallada, a la hora de ser leídos o escuchados, ayudando al receptor (oyente o lector), a imaginar la obra.


ejemplos de género narrativo.


1. La Novela.-
La novela es un género que se vale de la narración y de otros recursos literarios como los diálogos y otros recursos, con los que se expresa el autor, la narración es una de las piezas fundamentales de la novela, como se puede apreciar a continuación:

… El jefe de la cofradía desdobló el papel, lo leyó y levantó la mano. -El Señor sea bendecido y Su Santidad sea loada -dijo en alta e inteligible voz-; hay perdón de la vida para uno de los reos. -¡Perdón! -exclamó el pueblo a un solo grito-. ¿Hay perdón? Al oír la palabra de perdón, Andrés pareció saltar y levantar la cabeza. -Perdón, ¿para quién? -gritó. Pepino permaneció inmóvil, mudo y jadeante. -Hay perdón de pena de muerte para Pepino, llamado Rocca Priori -dijo el jefe de la cofradía, y pasó el papel al capitán que mandaba los carabineros, el cual, después de haberlo leído, se lo devolvió. -¡Perdón para Pepino! -exclamó Andrés, saliendo del sopor en que parecía estar sumido.- ¿Por qué perdón para él y no para mí? Debíamos morir juntos, me habían prometido que moriría antes que yo, no tienen derecho a hacerme morir solo, ¡no quiero morir solo, no quiero! Y diciendo esto se agarró a los brazos de los dos sacerdotes, retorciéndose, dando alaridos, rugiendo y haciendo esfuerzos insensatos para romper las cuerdas que le ligaban las manos. El verdugo hizo señal a sus dos ayudantes, que bajaron del cadalso y se apoderaron del reo. -¿Qué ha ocurrido? –preguntó Franz, pues como todo esto se decía en lengua italiana, no había comprendido muy bien. -¿No lo adivináis? –Dijo el conde-. Ha ocurrido que esa criatura humana que va a morir está furiosa porque su semejante no muere con ella, y que si la dejasen le desgarraría con sus uñas y con sus dientes más bien que dejarle gozar de la vida de que ella misma se va a ver privada… 

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